En uno de sus videos de Youtube, el Pastor Jahaziel Rodríguez relata una experiencia cotidiana que lo dejó pensando en una verdad mucho más profunda. Al encender su cámara fotográfica borró, por error, varias fotos familiares que eran valiosas para él. La desesperación, la culpa y la tristeza por haberlas perdido le invadieron en el momento. Sin embargo, esa situación lo llevó a preguntarse algo mucho más trascendente: ¿podemos perder algo tan valioso como la salvación en Cristo?
Muchos creen que una vez que alguien acepta a Jesús y recibe la salvación, ya nunca más podrá perderla, aunque viva en pecado. Pero ¿realmente enseña eso la Biblia? Este post se basa en ese video de Jahaziel Rodríguez en su canal “Qué dice la Biblia”, donde se aborda con profundidad esta importante cuestión.
La salvación: un regalo por gracia
La Biblia enseña con claridad que la salvación es un regalo inmerecido que recibimos por gracia, al poner nuestra fe en Jesucristo. Dios es fiel y no se retracta de lo que ha prometido. Si hemos creído en Cristo, su sacrificio nos abre la puerta de la vida eterna.
Sin embargo, el hecho de haber recibido este tesoro no significa que podamos descuidarlo o vivir como queramos. El apóstol Pablo exhortó a los filipenses a “ocuparse en su salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12). Esto revela que hay una responsabilidad personal de velar por la fe, mantenerla firme y no dejar que el mundo o el pecado nos aparten del camino.
El ejemplo del apóstol Pablo
Pablo mismo, después de haber sido llamado directamente por Cristo y tras recorrer un largo ministerio, confesó que constantemente mantenía su cuerpo en disciplina para no ser eliminado (1 Corintios 9:27). Esta confesión es poderosa: incluso alguien con una vida tan entregada al evangelio reconocía la necesidad de cuidar su caminar espiritual.
Además, en Hebreos 2:3 encontramos una advertencia solemne: “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?..”. No se trata de un tema menor, sino de algo vital que define nuestro destino eterno.
El caso de Demás: un ejemplo de abandono
En las cartas de Pablo vemos un ejemplo concreto. Demas, un colaborador cercano en la obra, era un hermano comprometido que incluso es mencionado con aprecio en Colosenses y Filemón. Pero más adelante, en 2 Timoteo 4:10, Pablo lamenta que Demás lo abandonó “amando este mundo”.
Aquí vemos que un creyente que había servido fielmente terminó apartándose por no cuidar su corazón, dejándose seducir por los placeres temporales. Esto muestra que la salvación no debe darse por sentada, sino guardarse con celo.
Advertencias bíblicas sobre descuidar la salvación
En Hebreos 10:26 y 27 leemos una declaración fuerte:
“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.”
Este pasaje no habla de incrédulos, sino de quienes ya habían recibido la verdad. La advertencia es clara: entregarse al pecado de forma voluntaria trae consecuencias fatales.
En Romanos 11, Pablo compara al pueblo de Israel con ramas que fueron cortadas, y a los gentiles con ramas silvestres injertadas en el olivo. Sin embargo, advierte que si no permanecemos en la bondad de Dios, también podemos ser cortados. Esto confirma que la perseverancia es esencial para mantenernos en la fe.

Una batalla espiritual real
Jesús mismo declaró que “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.” (Mateo 11:12). Seguir a Cristo no es un camino pasivo ni automático; es una lucha espiritual que requiere decisión, valentía y perseverancia.
La vida cristiana es una carrera que se corre con fe y constancia, aferrándonos cada día a la gracia de Dios para no perder lo más valioso: la perla de gran precio que es nuestra salvación.
Conclusión: cuidar lo eterno
Perder unas fotos familiares produjo tristeza, pero mucho más doloroso sería perder la salvación que Cristo nos ha dado. Por eso, la exhortación bíblica es a mantenernos firmes, a no retroceder y a velar con diligencia por nuestra vida espiritual.
La Escritura nos anima diciendo:
“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.” (Hebreos 10:39)
Que esta verdad nos impulse a permanecer fieles, confiando en Cristo y cuidando cada día la salvación que nos fue otorgada.
📌 Nota: Contenido adaptado del video de Youtube del Pastor Jahaziel Rodríguez: La salvación ¿se pierde? ¿Qué dice la Biblia?








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