En el caminar cristiano, muchas veces se habla de la profecía, de quienes profetizan y de los profetas. Sin embargo, no siempre se entiende con claridad la diferencia entre el don de profecía y el ministerio de profeta. Esta falta de claridad puede generar confusión en la iglesia, llevar a malinterpretaciones e incluso a que algunos se atribuyan un título que no corresponde.
Este post busca arrojar luz sobre este tema tan importante, y está basado en un video de Youtube del Pastor Pedro Carrillo que explica de manera detallada las diferencias entre ambos aspectos.
El contexto bíblico
En Hechos 21:8-11 se presenta una escena muy significativa. Pablo llega a la casa de Felipe el evangelista, quien tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. Sin embargo, más adelante aparece un hombre llamado Ágabo, que es mencionado como profeta.
La Escritura hace una clara distinción: las hijas de Felipe tenían el don de profecía, mientras que Ágabo ejercía un ministerio profético completo.
¿Qué es el don de profecía?
Según 1 Corintios 14:3-4, la profecía tiene como propósito edificar, exhortar y consolar a la iglesia.
El don de profecía se manifiesta cuando el Espíritu Santo deposita un mensaje en el corazón de un creyente para ser compartido con la congregación o con una persona en particular. Generalmente, este mensaje llega como una palabra breve y clara, que luego quien la recibe transmite de manera entendible.
Es importante subrayar que:
- El don de profecía no convierte automáticamente a alguien en profeta.
- Es una manifestación puntual del Espíritu, pero no implica un ministerio completo.
- El mensaje suele ser breve, directo y cargado de fuego interior, difícil de callar.

¿Qué es el ministerio de profeta?
El profeta, en cambio, posee un ministerio integral que incluye el don de profecía, pero va mucho más allá. El profeta recibe revelaciones de parte de Dios a través de:
- Visiones (mientras está despierto).
- Sueños (mientras duerme).
- Revelaciones profundas que requieren interpretación.
Para cumplir con este llamado, el profeta cuenta con varios dones espirituales que lo respaldan:
- Don de sabiduría: para interpretar sueños, visiones y pasajes bíblicos.
- Don de ciencia: que revela el pasado, el presente y el futuro.
- Ejemplo bíblico: Ágabo advirtió lo que le sucedería a Pablo en Jerusalén.
- Discernimiento de espíritus: para identificar la realidad espiritual detrás de apariencias, ataques demoníacos o influencias ocultas.
- Comunión profunda con el Espíritu Santo: el profeta dialoga constantemente con Dios y recibe revelación fresca para la iglesia.
En resumen: el profeta no solo transmite un mensaje, sino que vive un ministerio completo, con múltiples dones en acción, que lo capacitan para guiar, advertir y edificar al pueblo de Dios de una manera especial.
Diferencias clave entre ambos
- El don de profecía: es una manifestación puntual. Puede ser ejercido por cualquier creyente lleno del Espíritu Santo.
- El ministerio profético: es un llamado específico. Incluye varios dones y una responsabilidad continua en la obra del Señor.
Dicho de otra manera:
Todos los profetas tienen el don de profecía, pero no todos los que profetizan son profetas.
Conclusión
La iglesia necesita discernir con claridad estas diferencias para evitar confusiones. No todo aquel que profetiza debe llamarse profeta, ya que ese ministerio implica un conjunto de dones, una responsabilidad mayor y una profunda intimidad con Dios.
El don de profecía edifica y consuela en momentos específicos, pero el profeta es un instrumento de revelación continua para la iglesia, preparado para discernir, interpretar y anunciar la voluntad del Señor.
Que esta enseñanza nos ayude a valorar ambos aspectos: agradecer por el don de profecía que edifica a la congregación, y reconocer la seriedad del ministerio profético cuando Dios levanta a alguien con ese llamado.
📌 Nota: Contenido adaptado del video del Pastor Pedro Carrillo: DON DE PROFECÍA Y MINISTERIO DE PROFETA








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