El Aguijón de Pablo: Cuando Dios Permite el Dolor con Propósito

El Aguijón del apóstol Pablo biblia
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En 2 Corintios 12, el apóstol Pablo revela una verdad profunda y conmovedora: él tenía un “aguijón en la carne”, una aflicción que le hacía sentir débil y que definió como “un mensajero de Satanás que lo abofeteaba”. Este pasaje ha sido tema de reflexión para muchos creyentes que, como Pablo, enfrentan pruebas, enfermedades o ataques espirituales y se preguntan: ¿por qué Dios permite esto en mi vida?

Un Ataque del Enemigo, Permitido por Dios

Pablo no oculta el origen de su aguijón: era una forma de ataque espiritual, pero también reconoce que fue permitido por Dios con un propósito redentor. Esta aparente contradicción no es nueva en las Escrituras. Job también fue atacado por el enemigo, pero con el permiso de Dios, para llevarlo a una revelación más profunda.

Es importante comprender la diferencia entre que Dios cause una prueba y que la permita. En muchos casos, Dios permite ciertas circunstancias difíciles no para destruirnos, sino para formarnos, fortalecernos y llevarnos a depender más de su gracia. Como dice la Biblia: “..sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”. (1 Pedro 5:9)

El Propósito del Aguijón: Humildad

El mismo Pablo da la razón por la que Dios permitió este sufrimiento: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente..” (2 Co. 12:7). Pablo era un hombre altamente capacitado y espiritualmente privilegiado. Fue fariseo, instruido por el maestro Gamaliel, y además recibió revelaciones que lo llevaron hasta el “tercer cielo”.

Con todo ese trasfondo, Dios quiso evitar que se enorgulleciera. Por eso permitió que enfrentara una constante aflicción, un recordatorio de su humanidad. Dios no trabaja con los orgullosos; Él se agrada de los humildes. Todos los siervos poderosos que Dios ha usado —José, Moisés, David— pasaron antes por procesos de quebrantamiento.

Lamentablemente, hoy vemos a muchos ministros que, al ser usados mínimamente por Dios, se sienten superiores y actúan con altivez. Pero Dios no necesita “súper hombres”; Él busca corazones rendidos que reconozcan su dependencia total de Él.

El Aguijón del apóstol Pablo

La Respuesta de Dios: «Bástate mi gracia»

Pablo oró tres veces pidiendo ser libre de aquel aguijón, pero la respuesta divina fue contundente: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Esta respuesta encierra una verdad poderosa: aunque Dios no siempre quita la prueba, Él siempre promete su gracia suficiente para sobrellevarla.

La gracia aquí no es solo favor inmerecido, sino fuerza espiritual, paz interior y capacidad para resistir sin desmayar. Es lo que permite que un creyente atraviese las aguas sin ahogarse y el fuego sin quemarse. Es por eso que vemos cristianos atravesar pruebas intensas con una paz inexplicable: es la gracia de Dios sosteniéndolos.

Como lo expresó el predicador que da origen a este post, a veces Dios no remueve las espinas, pero sí te da calzado para caminar sobre ellas. A veces no calma la tormenta de inmediato, pero te da poder para caminar sobre las olas.

¿Cuál era el Aguijón de Pablo?

La Biblia no nos dice con certeza cuál era el aguijón de Pablo, pero hay pistas. Algunas teorías sugieren enfermedades físicas como epilepsia o migrañas, otras sugieren tormentos emocionales. Sin embargo, muchos estudiosos, incluido el autor del video que inspira este artículo, consideran que el aguijón de Pablo podría haber sido un problema en su visión.

Las evidencias son varias:

  • En Gálatas, Pablo dice que si hubieran podido, los hermanos le habrían dado sus propios ojos.
  • Menciona que escribe con letras grandes, lo que podría aludir a dificultades visuales.
  • Algunas cartas fueron escritas por otras personas bajo su dictado, como en el caso de Tercio en Romanos.
  • Su cercanía con Lucas, “el médico amado”, también sugiere una necesidad médica constante.

Aunque no hay una respuesta definitiva, lo cierto es que el aguijón cumplía su propósito: mantener a Pablo dependiendo de la gracia de Dios.

Conclusión

Querido hermano o hermana, si estás pasando por una prueba y sentís que Dios no responde como esperabas, recordá esta verdad: su gracia es suficiente. Aunque la respuesta no llegue como deseás, Dios está contigo en medio del fuego y no permitirá que la aflicción te destruya. Su poder se manifestará más claramente en tu debilidad.

No te rindas, no estás solo. El mismo Dios que sostuvo a Pablo te sostiene a vos.

📌 Nota: Contenido adaptado del video del Pastor Jahaziel Rodríguez: ¿Cuál era el Aguijón de Pablo? ¡Impresionante misterio revelado!

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