Hoy más que nunca, muchos creyentes se preguntan: ¿Sigue siendo Israel el pueblo escogido por Dios o la iglesia lo reemplazó por completo? Este es un tema profundamente importante porque toca la esencia de la fidelidad de Dios a sus promesas, la interpretación de la profecía bíblica y nuestra postura espiritual como iglesia.
Es importante ir a la Escritura para entender por qué esta pregunta no es menor y cómo puede influir incluso en nuestra manera de hablar y orar.
El origen: un pueblo nacido de una promesa
Para entenderlo, hay que volver al principio. Dios escogió a Abraham, hizo un pacto con él y le prometió que su descendencia sería bendición para todas las familias de la tierra. De Abraham nació Isaac, de Isaac Jacob, y de Jacob las doce tribus de Israel. A través de este linaje, Dios reveló su ley, levantó profetas, preservó Su Palabra y, finalmente, trajo al Mesías: Jesucristo.
El enemigo siempre atacó a Israel porque sabía que de este pueblo vendría la Salvación. Y así fue: de Israel vino Cristo, quien ofreció redención a toda la humanidad.
El rechazo del Mesías y la puerta abierta a los gentiles
El Nuevo Testamento nos enseña que, como nación, Israel rechazó a Jesús como Mesías. Cristo mismo lloró por Jerusalén, lamentándose de que no reconocieran el tiempo de su visitación (Lucas 19:41-44).
Este rechazo, sin embargo, abrió la puerta para que la Salvación llegara a todos los gentiles. Así lo explica Pablo en Romanos 11: Dios permitió que Israel fuera endurecido en parte, para que el Evangelio alcanzara hasta lo último de la tierra. Hoy, la iglesia de Cristo está formada por judíos que sí creyeron en Jesús (el remanente) y por todos los gentiles que creen en Su nombre.
¿La iglesia reemplazó a Israel?
Muchos enseñan lo que podemos llamar teología del reemplazo, que afirma que Israel ya no tiene lugar en el plan de Dios y que todas las promesas se trasladaron espiritualmente a la iglesia.
Sin embargo, este no es el mensaje completo de la Biblia. Sí, todos somos uno en Cristo; no hay judío ni griego para efectos de la Salvación (Gálatas 3:28). Pero esto no significa que las promesas específicas para el linaje de Abraham se hayan anulado. Pablo es claro en Romanos 11: Dios no desechó a Su pueblo, sino que su endurecimiento es temporal.
La plenitud de los gentiles y la restauración de Israel
Romanos 11:25-26 revela un misterio profundo: Israel fue endurecido en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. Entonces, todo Israel será salvo. Esta profecía apunta a un tiempo futuro, cuando tras el arrebatamiento de la iglesia, Dios reanudará Su trato directo con Israel.
Durante la gran tribulación, el Espíritu Santo abrirá los ojos de muchos judíos, quienes reconocerán a Jesús como el Mesías que una vez rechazaron. Zacarías 12:10 describe este momento con una imagen conmovedora: “Mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito”.
Israel, el reloj profético de Dios
El resurgimiento de Israel como estado en 1948, luego de casi 2,000 años de dispersión, no es un simple hecho político: es un milagro profético. Su existencia, supervivencia y retorno a su tierra son señales claras de que Dios sigue teniendo un plan para esta nación.
La profecía de Ezequiel sobre los huesos secos (Ezequiel 37) habla de una restauración física primero, y luego espiritual. Hoy, Israel es testimonio de que Dios cumple Su Palabra al pie de la letra.
Un llamado a la iglesia: bendecí a Israel
Hay que enfatizar algo crucial: Cuidado con maldecir a Israel. Dios prometió a Abraham: “Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan” (Génesis 12:3). No es un asunto menor. Como iglesia, debemos orar por la paz de Jerusalén (Salmo 122:6), bendecir a Israel y reconocer su papel como el reloj profético de Dios.
Cada vez que vemos noticias de Israel, recordemos: su restauración es una señal de que la venida de Cristo por Su iglesia está más cerca que nunca.

Una verdad que nos llena de esperanza
Que esta enseñanza nos lleve a profundizar nuestra fe, a vivir vigilantes y a compartir el Evangelio mientras esperamos Su regreso. Dios es fiel a Su Palabra. Lo que prometió a Israel lo cumplirá, y lo que prometió a la iglesia también.
Así que sigamos bendiciendo a Israel, orando por su paz y aguardando con gozo la gloriosa venida de nuestro Señor Jesús.
📌 Nota: Contenido adaptado del video del Pastor Jahaziel Rodriguez ¿Es todavía Israel el Pueblo escogido de Dios, o tomó la Iglesia su lugar?








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