En los últimos años, muchas personas han sentido curiosidad por temas como la parapsicología, el ocultismo y disciplinas afines que prometen revelar secretos ocultos, activar «poderes mentales» o acceder a planos espirituales desconocidos. Aunque estas áreas pueden parecer fascinantes para quien busca respuestas más allá de lo visible, desde una perspectiva cristiana, es fundamental discernir su verdadera naturaleza y el peligro espiritual que implican.
¿Qué es la parapsicología?
La parapsicología es el estudio de fenómenos que no se pueden explicar por medios científicos convencionales. Esto incluye la telepatía, la clarividencia, la percepción extrasensorial (PES), la psicokinesis y otros fenómenos que intentan probar la existencia de capacidades mentales más allá de los sentidos físicos.
Aunque se presenta con un lenguaje científico, la parapsicología se aleja de la fe bíblica y se apoya en la creencia de que el ser humano puede acceder a poderes espirituales por su propia cuenta, sin la intervención ni la guía de Dios.
¿Qué es el ocultismo?
El ocultismo agrupa una serie de prácticas que buscan acceder a conocimientos o poderes ocultos. Esto incluye la astrología, el tarot, la magia, la cábala, la alquimia y diversas formas de espiritismo. Su característica principal es el intento de manipular fuerzas espirituales o acceder a información secreta por medios prohibidos en las Escrituras.
La Biblia es clara en advertirnos sobre estos caminos:
“No sea hallado en ti quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero… Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas.” (Deuteronomio 18:10-12)
Disciplinas similares o relacionadas
A continuación, se presentan algunas disciplinas que, aunque puedan parecer inofensivas o incluso científicas, están relacionadas con la misma raíz espiritual de la parapsicología y el ocultismo:
- Metafísica espiritualista: Enseña que el ser humano puede crear su realidad con el pensamiento. Se basa en conceptos de “energía” y “vibración” que niegan la soberanía de Dios.
- Nueva Era (New Age): Movimiento que mezcla elementos de muchas religiones, pero promueve una espiritualidad sin Cristo, basada en la autosanación, los chakras, la meditación trascendental, entre otros.
- Astrología: Afirma que el destino humano está determinado por los astros. Esto contradice la enseñanza bíblica de que nuestro futuro está en manos de Dios.
- Reiki y sanación energética: Prácticas que invocan energías impersonales para curar o equilibrar el cuerpo, pero no se apoyan en el poder sanador de Jesucristo.
- Canalización (channeling): Personas que aseguran comunicarse con espíritus, “guías” o “maestros ascendidos”. Según la Biblia, estas entidades no provienen de Dios, sino que son engaños demoníacos.
- Viajes astrales y proyección del alma: Técnicas que pretenden separar el alma del cuerpo para explorar planos espirituales. Esto es una práctica que expone a la persona a ataques espirituales y no tiene sustento bíblico.
- Numerología y adivinación: Intentan descubrir el futuro o el propósito de vida por medio de números, símbolos u oráculos, sin confiar en la guía del Espíritu Santo.

La verdad espiritual según la Palabra de Dios
Como cristianos, creemos que toda verdad espiritual está revelada en la Palabra de Dios, y que no hay necesidad de buscar conocimientos ocultos o acceder a fuerzas desconocidas. El Espíritu Santo es quien guía a los hijos de Dios a toda verdad (Juan 16:13), y Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5).
La raíz común en estas disciplinas es el intento humano de obtener poder o conocimiento espiritual por vías que no están bajo la voluntad ni la bendición de Dios. Participar de ellas, aun por curiosidad, es abrir una puerta al engaño espiritual y a influencias que se oponen a Cristo.
Una exhortación final
El enemigo se disfraza como ángel de luz (2 Corintios 11:14), y muchas de estas prácticas vienen envueltas en apariencia de sabiduría, sanación o iluminación. Pero solo en Cristo hay verdadera luz, verdadera libertad y verdadero conocimiento.
Si alguna vez incursionaste en estas prácticas o sentís atracción por ellas, el Señor te llama al arrepentimiento y a confiar plenamente en Él. Jesús no comparte Su trono con espíritus engañadores. Solo a través de Él hay vida, dirección y propósito.








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