Este post está basado en un video del canal de Youtube cristiano «¿Qué dice la Biblia?», conducido por el pastor Jahaziel Rodríguez. En este mensaje apasionado y desafiante, se presenta una verdad bíblica que afecta la vida espiritual de muchos creyentes: el hecho de que hay algo tan grave que puede cerrar la boca de un cristiano e impedirle alabar y glorificar a Dios, incluso cuando otros se lo piden o animan a hacerlo.
La alabanza: más que música, una expresión constante del corazón
Jahaziel comienza compartiendo una práctica personal que ha transformado su vida espiritual: alabar a Dios con su boca de manera constante, todos los días. No se trata solo de cantar en la iglesia o acompañar la música, sino de proclamar con nuestros labios frases como: “Gloria a Dios”, “Santo es tu nombre”, “Padre, exaltado seas hoy”.
Aunque algunos puedan burlarse y pensar que se trata de repetir frases religiosas como un ritual vacío, en realidad es uno de los secretos más poderosos para el crecimiento espiritual.
La Biblia enseña que de la abundancia del corazón habla la boca (Mateo 12:34). Si nuestro corazón está lleno de Cristo, inevitablemente nuestras palabras reflejarán esa plenitud. El salmo 116 dice: “Creí, por lo cual hablé”. Romanos 10 refuerza esta conexión al declarar que con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Cuando Cristo vive dentro nuestro, hay una necesidad interior de glorificarlo con palabras, con gozo, con gratitud.
Una evidencia del nuevo nacimiento
Una de las señales más claras de que alguien ha nacido de nuevo es su deseo natural de alabar al Señor. El pastor relata que desde los 12 años es ministro de música, y como pastor ha visto a muchas personas que, durante los cultos, no pueden alabar. No se trata de una dificultad física, sino de una ausencia de gozo en el corazón. Están presentes, pero desconectados espiritualmente, sin pasión, sin levantar sus manos ni pronunciar una palabra de adoración.
Esto no significa necesariamente que alguien deba expresarse de forma efusiva o escandalosa. Cada persona tiene su carácter y personalidad, pero sí debería haber una disposición sincera a glorificar a Dios. Si no hay alabanza en los labios, es muy probable que haya sequedad en el corazón.

El pecado oculto que apaga la alabanza
Otro motivo por el cual muchos no pueden alabar es porque hay pecado sin confesar. Cuando David pecó con Betsabé y fue confrontado por el profeta Natán, escribió el salmo 51. En él clama por perdón y dice: “Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza.”. El pecado había cerrado su boca. Ya no sentía lo mismo al cantar. Su alabanza no fluía como antes.
Un corazón que guarda rencor, falta de perdón, inmoralidad o cualquier otro pecado oculto va perdiendo la sensibilidad espiritual. La boca se cierra porque el Espíritu Santo se apaga dentro del creyente. Por eso es vital revisar nuestro interior y pedirle a Dios que nos limpie y renueve, para que la alabanza vuelva a brotar libremente.
Abrí tu boca y exaltá al Señor todos los días
La alabanza no se limita al templo. La Biblia nos anima a alabar a Dios “en todo tiempo” y a que su alabanza esté “de continuo en nuestra boca” (Salmo 34:1). También dice: “Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, Y haced oír la voz de su alabanza.” (Salmo 66:8).
Cuando Pablo y Silas estaban presos, cantaban himnos al Señor, y los demás presos los oían (Hechos 16). La alabanza es un testimonio poderoso. Podés alabar a Dios en tu casa, en el auto, en el trabajo. Tal vez sea una canción, un versículo en voz alta, o una frase sencilla como “Señor, te bendigo en este día”. Lo importante es que tu boca esté alineada con tu corazón, y que ambos estén llenos del Espíritu de Dios.
Un llamado a la acción
Si hoy sentís que tu vida espiritual está apagada, que te cuesta alabar, que te falta gozo… no ignores esa señal. Es tiempo de revisar tu corazón, de confesar cualquier pecado, de volver al Señor con sinceridad. Comenzá a practicar este principio poderoso: glorificá a Dios con tu boca cada día. Vas a ver cómo tu vida espiritual empieza a florecer y el ambiente a tu alrededor cambia. La alabanza tiene poder.
📌 Nota: Contenido adaptado del video del Pastor Jahaziel Rodríguez: El secreto que Satanás no quiere que sepas








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