La cremación de cuerpos es un tema que genera opiniones divididas en el mundo cristiano. Algunas personas aseguran que incinerar un cuerpo es pecado, e incluso afirman que puede afectar la resurrección. Otras, en cambio, consideran que no tiene ninguna relevancia espiritual. En este artículo vamos a examinar lo que realmente enseña la Biblia sobre este tema, con la intención de traer claridad y verdad bíblica.
¿La Biblia prohíbe la cremación?
La Escritura no aborda de manera directa el acto de cremar un cuerpo. Es cierto que condena la práctica pagana de quemar personas vivas como sacrificio a ídolos (por ejemplo, en Levítico 18:21), pero eso es muy distinto a la cremación post mortem. En ningún pasaje se establece que quemar un cadáver sea pecado, ni se impone una doctrina específica sobre este tema.
¿Qué ejemplos nos ofrece la Biblia?
Lo que sí vemos en la Palabra de Dios son muchos ejemplos de sepulturas dignas. Abraham, por ejemplo, compró una heredad costosa para enterrar a su esposa Sara con honra. El rey David fue sepultado con honores, al igual que Salomón y otros reyes de Israel, quienes muchas veces eran colocados en sepulcros reales.
Incluso Jezabel, una reina perversa que había recibido juicio de Dios, fue enviada a sepultar por respeto a su linaje, aunque finalmente sus restos no pudieron ser encontrados, tal como había sido profetizado (2 Reyes 9:35-37).
Estos casos revelan un principio: la sepultura digna era una práctica común en el pueblo de Dios, y un gesto de honra hacia el cuerpo humano, templo del Espíritu Santo.
¿Qué pasa si una persona es cremada?
Una verdad fundamental que todo cristiano debe tener presente es que lo que suceda con el cuerpo después de la muerte no puede afectar el destino eterno de una persona. Nuestro futuro eterno está determinado por una decisión tomada en vida: aceptar a Jesucristo como Salvador y vivir para Él.
Versículo:
“Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios;” (Job 19:25-26)
Este pasaje nos recuerda que Dios tiene poder absoluto para resucitarnos, aún si nuestros cuerpos se han convertido en polvo o ceniza. La historia ha visto a cristianos que murieron quemados por causa de su fe, otros devorados por animales o víctimas de accidentes donde no quedó cuerpo que enterrar. Sin embargo, ninguno de ellos perdió la esperanza de la resurrección.

Entonces, ¿es mejor la sepultura?
Desde una perspectiva bíblica, la sepultura puede ser vista como una forma de mostrar honra hacia el fallecido. No se trata de una obligación espiritual, sino de un principio de respeto. Enterrar un cuerpo puede tener un valor simbólico: reconocer la dignidad del ser humano aun después de la muerte.
Aun así, esto no convierte a la cremación en un acto pecaminoso. Si por razones personales, económicas o culturales se opta por ella, no hay ningún impedimento bíblico para hacerlo.
Reflexión final
Cada familia debe tomar esta decisión guiada por la paz del Señor y con una comprensión clara de la Palabra. La cremación no impide la resurrección, ni mucho menos cancela la salvación. Como creyentes, nuestra confianza está en que el Dios que nos formó del polvo, tiene poder para levantarnos nuevamente, sin importar el estado de nuestros restos.
📌 Nota: Contenido adaptado del video del Pastor Jahaziel Rodríguez: ¿Qué dice la Biblia de la Cremación de cuerpos?








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