¿Alguna vez sentiste que algo te domina y no podés soltarlo, aunque sabés que te hace mal? Muchas personas viven con ataduras espirituales sin siquiera saberlo. En esta enseñanza, el pastor Pedro Carrillo nos guía a través de una comprensión profunda sobre qué son las ataduras, cómo se manifiestan y qué pasos dar para alcanzar la libertad.
¿Qué es una atadura?
Las ataduras no son simples influencias espirituales externas. Tampoco son enfermedades físicas o emocionales comunes. Son, más bien, cautividades que afectan la voluntad del ser humano. Mientras que las heridas del alma afectan las emociones y los traumas impactan la mente, las ataduras se instalan en la capacidad de decidir, en ese regalo de Dios que nos permite gobernarnos a nosotros mismos: la voluntad.
Una atadura se manifiesta cuando una persona quiere dejar de hacer algo, sabe que está mal, pero no puede. Es como estar atado con una cuerda invisible que impide avanzar, crecer o cambiar. Por eso, muchos comparan las ataduras con vicios o adicciones.
¿Cómo se manifiestan?
Las personas atadas suelen estar conscientes de su problema. Saben que están cayendo en algo que no agrada a Dios, pero se sienten impotentes para cambiarlo. Esta impotencia es una señal clara de que la voluntad ha sido tomada, ya sea por la carne o por influencias espirituales.
Un ejemplo bíblico (Romanos 7:19) es cuando el apóstol Pablo expresa: «…sino el mal que no quiero, eso hago...». Esa lucha interna no es hipocresía, es una muestra de atadura espiritual.
Tipos de ataduras más comunes
Las ataduras pueden manifestarse en muchas áreas de la vida:
- Área sexual: homosexualidad, lesbianismo, pedofilia, masturbación, pornografía. Todos estos comportamientos, cuando dominan la voluntad, son señales de atadura.
- Adicciones: droga, alcohol, cigarrillo, comida rápida, dulces.
- Hábitos compulsivos: compras desmedidas, endeudamiento constante, ludopatía.
- Conductas emocionales o físicas: ira, pereza, gula, celos enfermizos, dependencia emocional.
Cada una tiene algo en común: la persona sabe que debe parar, quiere cambiar, pero no puede hacerlo por sí sola.
¿Un cristiano puede estar atado?
Sí. Es un error doctrinal creer que porque alguien tiene el Espíritu Santo ya no puede tener ataduras. Muchos creyentes son sinceros, aman a Dios, sirven en la iglesia, oran y leen la Biblia, pero luchan con áreas no liberadas de su vida.
Todos, como Lázaro, salimos de la tumba atados. Y el mandato de Jesús fue: “Desátenlo” (Juan 11:44). Esa es la función del ministerio: ayudar a los creyentes a romper sus ataduras.

¿Cómo se rompe una atadura?
Acá viene una verdad crucial: las ataduras no se reprenden. No se trata de decir: “Espíritu de helado, fuera en el nombre de Jesús”. Eso no libera. Lo que libera es la verdad. Jesús dijo: “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (Juan 8:32).
El primer paso es hacerse consciente. Reconocer que hay algo que te domina y que tu voluntad fue tomada.
Luego viene la lucha. Romper una atadura es como pelear una batalla de 15 rounds. A veces se pierde uno, pero lo importante es seguir peleando. Cada decisión, cada “no” que se le dice a la carne, cada vez que se elige el espíritu por encima del impulso, es una victoria que fortalece el carácter.
El carácter fuerte no es el mal genio. Es la capacidad de mantenerse firme, de decir no cuando hay que decirlo. Es lo que Jesús demostró al resistir las tentaciones de Satanás. Y ese carácter se forma luchando día a día contra las ataduras.
¿Hay esperanza?
Claro que sí. En Cristo hay libertad. Todos, absolutamente todos, tenemos áreas que necesitan ser sanadas y liberadas. No se trata de vivir condenando, sino de ser realistas, de reconocer que aún hay batallas por ganar y que solo con la ayuda del Espíritu Santo podemos vencer.
No estás solo. No sos menos hijo de Dios por estar atado. Pero sí podés ser libre si decidís comenzar la lucha. Paso a paso. Con conciencia, oración, abstinencia y perseverancia.
📌 Nota: Contenido adaptado del video del Pastor Pedro Carrillo: ¿Qué son las ATADURAS, como se manifiestan y como liberarnos de ellas?








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