Este post se basa en un video publicado en YouTube por el pastor Jahaziel Rodríguez en el canal “Qué dice la Biblia”, donde se aborda uno de los temas más debatidos y a la vez más enigmáticos de las Escrituras: los gigantes mencionados en Génesis 6.
El asunto ha generado teorías, especulaciones y hasta interpretaciones muy populares en internet, pero ¿qué enseña realmente la Palabra de Dios? Veamos juntos los principales puntos.
El misterio de Génesis 6
El pasaje dice que los “hijos de Dios” vieron que las hijas de los hombres eran hermosas y tomaron mujeres para sí. Algunos teólogos sostienen que aquí se describe una unión entre ángeles caídos y mujeres humanas, dando origen a los gigantes.
Pero esta explicación se enfrenta a varios problemas bíblicos y doctrinales que conviene analizar con detenimiento.
Problema 1: El origen de la teoría
La idea de ángeles uniendo su naturaleza con mujeres no surge de la Biblia, sino de mitologías antiguas y del libro apócrifo de Enoc.
El peligro de usar fuentes no inspiradas es que fácilmente se introducen doctrinas equivocadas. El canon bíblico es suficiente y seguro; cualquier enseñanza debe fundarse primero en la Palabra de Dios.
Problema 2: ¿Pueden los ángeles tener cuerpos humanos?
Jesús mismo aclaró que los ángeles no se casan ni se reproducen (Mateo 22:30). Los ángeles pueden manifestarse con apariencia humana, pero no poseen una naturaleza corporal como la nuestra.
Por eso, la teoría de uniones con mujeres contradice lo que Cristo enseñó de forma clara y directa.
Problema 3: ¿Quiénes son los “hijos de Dios”?
En la Biblia, la expresión “hijos de Dios” puede referirse tanto a ángeles como a seres humanos.
En Génesis 6 lo más probable es que se refiera a los descendientes de Set, la línea piadosa que buscaba a Dios, mientras que las “hijas de los hombres” serían las descendientes de Caín, una línea marcada por la maldad.
El problema, entonces, no fue un cruce entre ángeles y mujeres, sino el yugo desigual: los hijos de Dios unieron sus vidas con mujeres impías, corrompiendo el linaje que debía mantenerse fiel.

El juicio de Dios
El castigo de Dios en Génesis 6 no fue contra ángeles, sino contra los hombres. El pasaje enfatiza la maldad humana y la corrupción moral que provocó la sentencia del diluvio.
Esto confirma que el centro de la narración está en la rebeldía del hombre, no en los supuestos pecados de seres angelicales.
¿De dónde vinieron los gigantes?
La Biblia menciona gigantes en diferentes momentos: antes y después del diluvio, en la tierra de Canaán, en tiempos de David e incluso en la figura de Goliat.
Esto muestra que los gigantes no nacieron de una unión entre ángeles y mujeres. Su origen exacto sigue siendo un misterio, pero no existe fundamento bíblico para relacionarlos con ángeles caídos.
Al contrario, la Escritura indica que ya existían antes de la unión mencionada en Génesis 6.
¿Y qué pasa con Judas 6 y 1 Pedro 3?
Algunos pasajes han sido usados como apoyo a la teoría:
- Judas 6 habla de ángeles que no guardaron su dignidad. Esto probablemente se refiere a la rebelión de Lucifer y no a un supuesto pecado en tiempos de Noé.
- 1 Pedro 3 menciona a espíritus encarcelados en los días del diluvio, pero el contexto apunta a seres humanos que desobedecieron, no a ángeles caídos.
En ambos casos, la interpretación más coherente es distinta a la que propone la teoría de los Nefilim como hijos de ángeles.
Conclusión: Un llamado a la prudencia
El tema de los Nefilim sigue siendo misterioso, pero la Palabra de Dios no respalda la idea de ángeles teniendo descendencia humana.
Lo que sí queda claro es el peligro del yugo desigual y la gravedad del pecado que llevó al juicio del diluvio. Como cristianos, debemos ser cuidadosos de no edificar doctrinas en base a mitologías o textos no inspirados, sino permanecer firmes en la enseñanza bíblica.
La lección más importante no es la curiosidad por los gigantes, sino recordar que la obediencia a Dios y la fidelidad a su Palabra nos guardan de la corrupción del mundo.
📌 Nota: Contenido adaptado del video del Pastor Jahaziel Rodríguez: El verdadero origen de los GIGANTES NEFILIM ¡Cuidado con este error!








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