¿Tatuarse o no tatuarse? Esa es una de las preguntas que muchos jóvenes se hacen en algún momento. Las razones varían: moda, significado personal, expresión artística o incluso la idea de llevar un mensaje cristiano en la piel. Pero, más allá de las opiniones personales, ¿qué dice la Biblia al respecto?
El tatuaje: más que una decisión estética
Un tatuaje es una modificación permanente del cuerpo donde se inserta tinta debajo de la piel para formar un diseño, un texto o una imagen. Aunque pueda parecer una simple elección estética, tiene implicancias físicas, emocionales y espirituales. Estudios revelan que entre el 80 y el 90 % de las personas que se tatúan terminan queriendo eliminar al menos uno de sus tatuajes en algún momento de su vida.
Como cristianos, no estamos llamados a vivir como el mundo vive, sino a buscar la voluntad de Dios para cada aspecto de nuestras vidas, incluyendo las decisiones que tomamos con nuestro cuerpo.
Tres verdades bíblicas sobre los tatuajes
1. Dios prohíbe marcar el cuerpo
📖 En Levítico 19:28, Dios le dijo a su pueblo: “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.”. Aunque este mandato aparece en un contexto del Antiguo Testamento, sigue teniendo relevancia hoy cuando se entiende correctamente.
En la ley dada a Moisés había dos tipos de mandamientos: ceremoniales (como los sacrificios o guardar ciertos días) y morales (como no mentir, no robar, no cometer adulterio). Cristo cumplió las leyes ceremoniales, pero los mandamientos morales siguen vigentes, porque reflejan el carácter de Dios.
El cuerpo ya no es solo carne y huesos. En Cristo, nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19). Dios lo considera sagrado y nos llama a cuidarlo, no a marcarlo por moda o por cualquier otra razón. La prohibición de imprimir señales en la piel refleja esa santidad que él espera de nosotros.
2. No importa el mensaje del tatuaje, sigue siendo desobediencia
Muchos argumentan que si el tatuaje tiene un mensaje cristiano, como un versículo o una cruz, entonces está bien. Pero eso es caer en una lógica peligrosa: pensar que el fin justifica los medios.
En la Biblia, el rey Saúl desobedeció a Dios parcialmente al guardar lo mejor del ganado de un pueblo enemigo, supuestamente para ofrecerlo en sacrificio. Pero el profeta Samuel le dijo una frase contundente: “El obedecer es mejor que los sacrificios”. Saúl perdió su lugar como rey porque no obedeció.
Del mismo modo, no podemos romper un mandamiento de Dios con la excusa de que es “por una buena causa”. Hay muchas formas de mostrar nuestra fe: mediante el carácter, las acciones, el testimonio, las palabras y la manera en que enfrentamos las pruebas. No es necesario tatuarse para demostrar que uno es cristiano.
3. Si ya tenés tatuajes, no estás condenado
📖 En 2 Corintios 5:17 leemos: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”.
Si ya llegaste a Cristo con tatuajes en tu piel, no tenés que vivir con culpa ni andar pensando en borrarlos a toda costa. Lo más importante no es el tatuaje, sino lo que Dios hizo en tu corazón. Él te ha hecho nuevo y no te mira como te veías antes, sino como alguien limpio por su gracia.

¿Qué decisión tomar?
A la luz de la Biblia, no es correcto que un hijo de Dios se haga tatuajes. No porque falte amor o porque se quiera imponer una regla, sino porque nuestro cuerpo tiene un valor sagrado, y desobedecer a Dios, aunque parezca algo pequeño, siempre trae consecuencias. Dios quiere lo mejor para nosotros, y su Palabra es clara: no marqués tu cuerpo.
Si estás considerando tatuarte, te animo a buscar primero la guía de Dios. Y si ya te tatuaste antes de conocer a Cristo, no te avergoncés. Él ya te perdonó, y hoy te llama a vivir una vida nueva.
📌 Nota: Contenido adaptado del video del Pastor Jahaziel Rodríguez ¿Qué dice la Biblia de los Tatuajes?








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