El concepto de matrimonio que conocemos hoy —con ceremonia, acta civil y fiesta— dista bastante de cómo era considerado el casamiento en los tiempos bíblicos. Para quienes buscamos vivir conforme a la Palabra de Dios, entender cuándo y cómo se consideraba que dos personas estaban casadas según la Biblia nos ayuda a comprender mejor tanto la voluntad de Dios como la profundidad del compromiso matrimonial.
📜 El matrimonio en el Antiguo Testamento
En la cultura hebrea del Antiguo Testamento, el matrimonio era un pacto familiar y espiritual, no simplemente un evento social. Las uniones no estaban reguladas por una entidad civil, sino que eran reconocidas públicamente a través de acuerdos, compromisos y consumación.
1. El compromiso (erusin o desposorio)
Era un acuerdo formal entre familias, donde el hombre y la mujer quedaban comprometidos. Aunque aún no convivían ni se unían sexualmente, ya se los consideraba “prometidos” legalmente (como en el caso de José y María, Mateo 1:18-19).
2. El pago de la dote (mohar)
El novio o su familia pagaban una dote al padre de la novia como muestra de compromiso y respeto. Esto establecía un contrato visible y social.
3. La consumación del matrimonio
La unión sexual era el paso que sellaba el matrimonio (Génesis 24:67; Deuteronomio 22:13-21). En muchos casos, era esta consumación la que marcaba el momento en que una pareja era reconocida como casada.
En otras palabras, una pareja estaba casada cuando:
- Había un compromiso público.
- Se realizaba un acuerdo familiar.
- Y se consumaba la relación sexual.
✝️ El matrimonio en el Nuevo Testamento
En tiempos del Nuevo Testamento, bajo la influencia romana y judía, las costumbres seguían en gran parte las mismas líneas. Jesús y los apóstoles validan el matrimonio como una unión entre un varón y una mujer ante Dios, con el mismo principio de compromiso y fidelidad.
Pablo dice en 1 Corintios 6:16:
“Porque ¿no sabéis que el que se une con una ramera es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne”.
Esto indica que la unión sexual tiene un peso espiritual importante, y no debe tomarse a la ligera, ya que implica una unión profunda que en el contexto bíblico era parte del matrimonio.

🏛️ ¿Qué no existía?
- No había jueces ni registros civiles como hoy.
- No existía una ceremonia religiosa institucionalizada como en las iglesias actuales.
- No se requería una «firma» legal ante una entidad estatal.
Sin embargo, sí se esperaba responsabilidad, fidelidad y compromiso permanente, lo cual reflejaba el diseño de Dios para el matrimonio: una unión exclusiva, santa y duradera.
🤔 ¿Qué nos enseña esto hoy?
Para los creyentes, el matrimonio sigue siendo más que un contrato: es un pacto ante Dios. Aunque hoy usamos ceremonias y registros civiles por razones culturales y legales, el corazón del matrimonio sigue siendo:
- Un compromiso público y mutuo.
- Una fidelidad de por vida.
- Una unión física, emocional y espiritual.
Y sobre todo, un reflejo de la relación entre Cristo y la Iglesia (Efesios 5:31-32).
✅ Conclusión
En la Biblia, una pareja era considerada casada cuando se cumplía el compromiso público, el acuerdo familiar y la consumación de la relación. No era necesario un acto civil ni una ceremonia religiosa, pero sí un compromiso profundo y visible ante la comunidad y ante Dios.
Como cristianos, debemos valorar y enseñar el matrimonio como Dios lo diseñó: una unión sagrada, exclusiva y para toda la vida.








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