Comunión íntima con Dios: cómo alcanzarla según el Salmo 25:14

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Este post está basado en una reflexión compartida en un video del canal de Youtube ¿Qué dice la Biblia?, donde se explora profundamente uno de los temas más anhelados por los creyentes: la comunión íntima con Dios. A través del Salmo 25:14, se revela un principio espiritual clave para experimentar una relación verdadera y transformadora con el Señor.

Un versículo que revela un secreto espiritual

Durante un momento cotidiano, mientras manejaba y escuchaba la Biblia en una aplicación, el Pastor Jahaziel Rodríguez sintió un impacto especial al oír nuevamente el Salmo 25:14:

“La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.”

Este pasaje, leído decenas de veces antes, cobró un nuevo significado. Hablaba directamente de un deseo profundo: tener intimidad con Dios. No solo una relación religiosa o rutinaria, sino una conexión viva y poderosa con su presencia.

¿Qué es la comunión íntima con Dios?

La comunión íntima no es un concepto abstracto. Es esa experiencia espiritual donde el creyente, guiado por el Espíritu Santo, entra en una atmósfera de oración y presencia divina. Es orar no solo con palabras, sino con el corazón alineado a la voluntad del Padre. Es sentir que nuestras oraciones fluyen en el Espíritu y que podemos oír la voz de Dios hablándonos al alma.

Esta cercanía no es privilegio de unos pocos. Está disponible para todos los que buscan al Señor de corazón. Pero, ¿por qué muchas veces no logramos experimentarla?

Impedimentos para una comunión profunda

El video identifica tres obstáculos principales que nos alejan de esa comunión transformadora:

1. Falta de perdón

Guardar rencor impide el fluir de la presencia de Dios. Jesús fue claro: si no perdonamos, tampoco nuestro Padre nos perdonará. El perdón no es una emoción, es una decisión. Soltar el pasado y liberar a quienes nos hirieron nos abre al mover del Espíritu.

2. Incredulidad y prejuicios

Dudar del poder de Dios, limitarlo con moldes mentales, o pensar que ciertas manifestaciones son “solo para otros tiempos” cierra el acceso a lo sobrenatural. El vino nuevo necesita odres nuevos: una mente renovada, abierta, humilde. Dios desea revelarse a quienes se acercan sin barreras mentales ni incredulidad.

3. Falta de santidad y consagración

El versículo es claro: la comunión íntima es con los que temen al Señor. El temor de Dios no es miedo, es reverencia, obediencia, vivir apartados para Él. La vida tibia, dividida entre el mundo y el altar, no puede disfrutar de esa intimidad. Pero cuando decidimos consagrarnos, el Espíritu Santo nos fortalece para vivir en santidad.

La comunión íntima con Dios

¿Cómo acceder a esta comunión?

Cristo ya abrió el camino. El velo se rasgó y ahora tenemos acceso libre a su presencia. Pero es necesario entrar con el corazón quebrantado, rendido, dispuesto a ser moldeado. Cuando dejamos fuera los rencores, la incredulidad y el pecado, y buscamos con sinceridad, podemos llegar a ser —como Abraham— amigos de Dios.

El predicador cuenta cómo, mientras oraba en una iglesia, el Espíritu le habló: “Tengo muchos hijos, pero pocos amigos”. ¿Querés ser amigo de Dios? Comenzá cada día con esta oración: “Señor, quiero conocerte. Quiero tu presencia. Quiero ser tu amigo”.

📌 Nota: Contenido adaptado del video del Pastor Jahaziel Rodríguez: Por esta razón no escuchas la voz De Dios cuando oras

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