La vida de José Joaquín Ávila Portalatín, conocido en todo el mundo como Yiye Ávila, es la historia de un hombre que supo transformar pruebas dolorosas en un ministerio que impactó a millones. De joven atleta y maestro ejemplar, pasó a ser un mensajero incansable del evangelio, llevando esperanza y fe con una pasión que trascendió fronteras. Su nombre aún resuena en corazones que fueron tocados por sus palabras y por su ejemplo.
Orígenes y formación
Nacido el 11 de septiembre de 1925 en Camuy, Puerto Rico, Yiye creció en un hogar donde la enseñanza y la fe caminaban de la mano. Sus padres, Pablo Ávila y Herminia Portalatín, ambos maestros, dejaron en él una huella profunda de disciplina y principios cristianos. Graduado en ciencias naturales y con estudios pre-médicos en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, parecía encaminado hacia una carrera académica sólida.
Educador y atleta
Durante más de dos décadas enseñó química y biología, ganándose el respeto y cariño de sus alumnos. Pero fuera del aula, su disciplina lo llevó al fisicoculturismo, donde brilló como Mr. Puerto Rico en 1952 y se alzó con el segundo puesto en Mr. North America en 1953. Su meta más ambiciosa era competir en los Juegos Olímpicos de 1956.
Un giro divino: la artritis y su entrega al Señor
Cuando todo parecía encaminado hacia el éxito deportivo, la vida dio un vuelco inesperado: un diagnóstico de artritis crónica lo dejó casi inmovilizado. Los sueños de gloria deportiva se desvanecieron, pero en medio del dolor encontró algo mucho mayor. En oración, buscó a Jesucristo y tuvo un encuentro personal que cambió el rumbo de su existencia para siempre.

El llamado y la misión evangelística
A inicios de la década de 1960, inspirado por el ministerio televisivo de Oral Roberts, Yiye tomó una decisión radical: dejar la docencia y dedicar cada día de su vida a anunciar el evangelio. En 1967 fundó el Escuadrón Relámpago Cristo Viene, comenzando en la sala de su casa con un pequeño grupo de creyentes. La obra creció sin detenerse y dio nacimiento a la Cadena del Milagro, un medio radial y televisivo que multiplicó su alcance.
Alcance internacional y enseñanza
Con la consigna “Cristo viene pronto”, recorrió países de América Latina, Estados Unidos y Europa, llevando un mensaje directo y fervoroso. Fue pionero en la telepredicación pentecostal en español, y sus programas diarios invitaban a orar, congregarse y vivir en santidad. Además, dejó escritos numerosos libros y folletos, así como grabaciones en audio que aún hoy edifican a creyentes.
Últimos años y descanso en el señor
En 2009, un derrame cerebral afectó su capacidad de comunicarse, forzándolo a retirarse del púlpito. Aun así, su ejemplo seguía vivo en quienes lo conocieron y en los que recibieron su mensaje. El 28 de junio de 2013, a los 87 años, partió a la presencia del Señor en su querido Camuy.
Legado eterno
La vida de Yiye Ávila es un testimonio de perseverancia y fe inquebrantable. Aunque viajó por el mundo, vivió siempre con sencillez, fiel al lugar y propósito que Dios le dio. Su voz y su predicación continúan inspirando a pastores, líderes y creyentes que anhelan, como él, el día glorioso del regreso de Jesucristo.








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